
El dolor y el placer no existen por aparte.
Todo existe sólo en relación a las demás cosas.
Llorar de alegría es un buen ejemplo para este caso.
Lástima que tanto llorar como alegría son sólo palabras.
Ahora tengo sueño y sólo seré un hombre que duerme.
Qué maravilloso es ir apagando las luces de la casa,
una por una...
una por una...
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