jueves, 6 de agosto de 2009

INTENTO DE BIOGRAFÍA


He logrado escaparme de la cómoda

calidez de un útero

para fruncir la inexistencia y

abrirme el pecho ante los

refrescantes escupitajos de

una vida que desde el principio

ya se insinuaba voluptuosa.

Me limpiaron la sangre y el llanto

olvidando en la prematura tensión

de mi médula la complejidad metafórica

de esas volcánicas palabras. Ya en pañales fui un filósofo poniendo en duda las limitadas representaciones que mi conciencia hacia de la realidad si es que tal cosa existe fuera del sujeto y no se trata sólo de una subjetiva construcción sensible.

Jugaba con la seriedad de un adulto

haciendo uso de una dilatada imaginación

que constantemente

se cuestionaba a sí misma.

Sospecharme producto de una conciencia omnipresente me parecía tan inútil como intentar el enojo de la vida vegetal que nos rodea. Inmediatamente

resolví expulsar esa cuestión

del conjunto de mis preocupaciones.

Había cosas más interesantes

como explorar mi cuerpo

función por función

hasta descubrir los puentes que unen sus partes.

Publiqué obscenidades en la hendidura vaginal de mi cráneo y supe equilibrar dos procesos paralelos dejando implícito el resultado. La intención racional abdicó de su azul y los glóbulos tintos se aferraron al valor simbólico. Las palabras incendiaron sus vestiduras con sonoras intenciones de corporalidad. Por lo tanto yo era el otro que me nombraba mientras el lenguaje y sus venosas raíces me aniquilaban sombra a sombra, me vaciaban con cucharas espejadas obligándome a la certeza visual de mi anulación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario