viernes, 14 de marzo de 2014

EL LÍMITE EXALTADO

en el centro pacífico de la paciente velocidad
en el fuego ronroneante de mi diario agradecimiento
en la boca inevitable de tus besos
en los trémulos labios de tu pecho florido

yo temblaba y temblaba
como un pequeño pez
sacado de sus aguas

burbujitas de miedo
por la misma cabeza
que hoy sólo tiene cielo

retraté
a dios en los espejos
me oriné
desde lo alto
sobre la minúscula lógica
del lenguaje
reconstruí
la realidad cambiándole el nombre
cambié
los nombres
inyectando ingravidez
en su propio peso semántico
pinté
fantasmas metafísicos
canté
vocablos ensangrentados
recité
hacia mí mismo
en una órbita
desde la cual
a veces
me reconozco

el poema a modo de autorretrato
el poema como tabla de náufrago
el poema
isla flotante
que me aleja
en el mar del tiempo
que crece sin límites

en el límite exaltado de la purísima locura
en la implacable alegría de las cosas porque sí
en la alfombra de silencio desplegada hacia la luz
en la milagrosa suma final de los instantes

yo temblaba y temblaba
como un pequeño as
sacado de la manga

yo vibraba y vibraba
en el centro del fuego
bien alto en la montaña

se retrató
la luna
en la superficie nocturna del lago
y anocheció
en mis ojos
cuando comprendí
la intimidad espiritual de toda correspondencia



Miguel R.B.