martes, 30 de junio de 2009

DE BARES Y DE PUTAS



Se trata de una rubia con algunos kilos demás. Su piel tiene un tono lácteo y su cabellera se derrama en láguidos bucles sobre la mitad de su rostro. Reducimos la velocidad y nos acercamos fingiendo desinterés. Entonces mi tío baja la ventanilla y comienza a conversar con esta mujer que me resulta cada vez más atractiva. Bebo un trago más de mi cerveza y me acomodo el miembro para darle espacio libre a la incipiente erección. De repente mi tío se da vuelta y mirándonos como si hubiera recobrado toda su juventud, nos dice:
-Treinta pesos. Pasás vos y después tu hermano. Oral y vaginal. Y los dos por aparte, claro.
Se llama Vanesa y de lunes a viernes es una respetada enfermera en el hospital de niños. Pero los sábados, al menos este sábado en particular, es una más que respetada puta poniéndose en cuatro patas sobre mi cama mientras yo termino una botella y me bajo los pantalones. Me dijo que trabajando como enfermera cobraba una muy buena mensualidad. Y cuando le pregunté respecto a su actividad de los sábados no supo muy bien qué responderme. Habló de traumas. Habló de neurosis, de fiebre uterina y entre otras cosas también habló de placer. Pero ninguna respuesta que explique la maravillosa voluptuosidad de su trasero, la excitante sonoridad de sus gemidos y el elocuente cauce de su putear y agradecer y reclamar. Todo como si fuera la última vez.
Estamos desnudos sobre la cama violentamente destendida. Vanesa se lleva mi pija a la boca y una vez que sus manos están libres comienza a acariciarme desde el abdomen hasta las rodillas. Entonces le pido que, sin dejar de hacer lo que está haciendo, trate de cantar su canción favorita de la infancia. Ahora sí puedo sentir las vibraciones de su voz frustrada recorriendo todo mi cuerpo. Desde mi extremidad más sensible hasta el vértigo más íntimo de mi sistema nervioso.
Son cosas que pasan. Es invierno y todos estamos un poco resfriados. Vanesa estornuda justo cuando me encuentro en la parte más espasmódica de mi eyaculación. Por lo tanto se forma una burbuja de semen en el orificio izquierdo de su nariz. Pasamos casi media hora sin poder dejar de reírnos. Quizás debí darle dinero extra por la magnífica manipulación de mis fluidos. Y lo hubiese hecho pero tenía que guardar el dinero para comprar más cerveza y cigarrillos. Porque usando una expresión que detesto, la noche todavía era joven.

lunes, 29 de junio de 2009

COSAS DEL MUNDO






Porque las cosas del mundo
no son las cosas de mi mundo.
Porque mis raíces se hospedan
en una tierra sin geografía.
Porque los relojes se espantan
cuando les pongo el ojo.
Porque los calendarios
me dan la razón
resignándose a ser decorativos.
Por eso y por algunas otras cosas soy capaz de meterme en un incendio sólo para encender un cigarrillo en el cráneo humeante de una víctima. También suelo surfear un arco iris a la hora emocionalmente diáfana del atardecer. O a veces, cuando no hace demasiado calor, alimento con píldoras de luz a los elefantes rosados del zoológico.
Porque practico un vandalismo conductual.
Porque soy un militante de la psiconáutica.
Porque fumo bosques enteros
fabricando nubes que lloverán
para dar nacimiento a otros bosques.
Porque estuve borracho durante
los últimos nueve años.
Porque tengo el corazón lleno
de pájaros,
de truenos,
de lluvias,
de putas,
de locos,
de poetas,
de fiebre,
de amor,
de pétalos,
de telaraña,
de música,
de libros,
de dibujos,
de mandíbulas rotas,
de esqueletos en cruz,
de labios húmedos
y de ganas insólitas de escribir todo esto como quien retrata la biología de un instante.
Por eso y por algunas otras cosas soy capaz de cazar palomas parado con un pie en la punta punta de la Torre Eiffel. También me divierto haciendo skateboard en la Muralla China o adelantando los relojes públicos de Londres mientras me snifo los pasos de cebra de las principales avenidas de New York.
Porque me limpio el culo
con los diarios más prestigiosos.
Porque me gusta el arte
de otras épocas o el arte
que aún siendo actual
parece de un futuro inalcanzable.
Porque escucho rock pesado
encerrado en mi cuarto
como un problemático adolescente.
Porque al romper todas las reglas
ya no hay línea recta que valga.
Porque nadie pudo cambiar el mundo.
Porque nos importa una verga el calentamiento global.
Porque nos importa una verga la capa de ozono.
Porque greenpeace me suena a lema hippie
que sólo significa fumar marihuana en el campo.
Porque tenía ganas de escribir esto
y punto.
Se acabó.

domingo, 28 de junio de 2009

QUIZÁS LOS POETAS NO ERAN SU TIPO.


Trabajamos juntos un par de días. La invité a salir a comer algo y me dijo que sí. Le pedí su número de celular y me dijo que sí. Pasábamos noches enteras mandándonos mensajes en los que le elogiaba sus partes más hermosas y vaya que se reía y vaya que le gustaba. Le comenté que tocaba la guitarra y me comentó que quería aprender. Obvio que le dije que no tendría problemas en darle clases sin costo alguno. Durante algunos días vino a mi casa y le enseñé los primeros acordes en la comodidad e intimidad de mi habitación. Me gustó todavía más ver que sus dedos no demostraban dificultad para sacar sonidos limpios de mi guitarra. Le canté una canción en inglés y elogió mi facilidad para el idioma. Todos mis amigos me decían que no pierda el tiempo, que si en ese punto no avanzaba nunca iba a poder estar con ella. Le escribí un poema y se lo regalé. Y más tarde, ese mismo día, la miro a los ojos y le digo lo mucho que me gustaba y lo mucho me gustaría poder besarla. ¿Adivinen qué hizo ella? No, es una lástima pero no adivinaron, ella me dijo que NO!
Ahora prosigo a mostrarles el poema que le regalé y a continuación el poema que me inspiró su realmente inesperado rechazo.
Pero bueno, al menos tuve el coraje de decirle lo que sentía. Y me costó bastante ya que suelo ser tímido en ese aspecto. Quizás es verdad que la malinterpreté. Bah, lo que en realidad creo es que... no sé lo que creo... les juro que ya estaba todo cocinado! Ja ja ja!
Ahora sí, los malditos poemas:
PRIMERA LECCIÓN DE GUITARRA

Sus dedos aprendices
aterrizan como tímidas aves
sobre el mástil de la guitarra.
Es muy cierto que toda su piel
irradia la frescura emotiva
de mil palomas
encerradas en su ternura.

Y es una sirena pronta a dar su canto.
Y en el fondo los dos sabemos
que un amor primitivo
se desviste tras mis ojos.

Se asemeja en muchos sentidos
al instrumento que empieza
a ronronear
sobre su regazo.

Mientras tanto yo les hablo en voz baja a esas tímidas aves. Les nombro despacio las cuerdas y la ubicación sobre las cuales deben detener sus alas. Y los acordes se van sumando uno detrás de otro. Son dóciles esclavos de la salvaje pero dulce melodía que ya bosteza en nuestras bocas.

Se ponen en fila
y como trabajadores obedientes
esperan la orden.
PERO NO SE PUEDE HACER MUCHO

Quiero salir a la calle y pegar carteles que digan “suicidarse por la paz mundial es una responsabilidad de todos”. Quiero estar en un balcón y orinar desde un séptimo piso a todos los calvos que anden por la calle, a todas las señoras que salgan del supermercado, a todos los putos que pasean esos perros que son la caricatura de la parodia de un animal.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

Quiero arrodillarme frente al inodoro y vomitar los restos punzantes de mi esperanza. Quiero disparar un arma frente al espejo. Quiero fumarme todos mis dedos, beber mi sangre directamente de la yugular y saltar sobre mi corazón hasta que los vecinos de abajo suban a quejarse.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

No es para tanto, decimos. No es para tanto, decimos. Pero lo que pasa es que me siento como un excremento con la picazón de mil moscas recorriéndome la espalda. Me siento como inútiles pedacitos crudos de un animal violentamente asesinado. Y lo único que quiero es masturbarme tres días seguidos pensando en máquinas de petróleo, en túneles fluviales que conectan centros urbanos, en frívolas prostitutas de nivel vip que nunca jamás podré pagar.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

Quiero hacer un currículum vitae público para que todos me conozcan. 1) poeta suicida. 2) músico drogadicto. 3) pintor solitario. 4) minusválido social. 5) alcohólico en recuperación. 6) turista fracasado de carreras universitarias. 7) cáncer de la familia. 8) enamorado inoportuno. 9) hippie sucio. 10) componente delirante de la tragicomedia.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

Hay quienes han dicho que esto se trata del proceso natural que se padece ante cualquier decepción amorosa. Yo les digo que se vayan a cagar, que quiero dejarme las ojeras y el insomnio, que quiero envolver mi pija con estas palabras y hacerle saborear al mundo todo el talento y la inteligencia que pongo en mis poemas.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.
Sólo se puede mandarla a la mierda
y volver a subir el volumen de la música.
Aunque lo más recomendable
es no hacer absolutamente nada
porque en este estado todo nos duele demasiado.

sábado, 27 de junio de 2009

CULTURA DROGGER PARA IRREHABILITABLES


















Esos eran días intensos, días crueles en su dramatismo pero también feroces en la felicidad sin escrúpulos de mi caos personal. Cuántos recuerdos, y también cuántos olvidos me trae esa fotografía. Pensar que ya hace más de un año que no bebo una gota de alcohol. Pero bueno, quizás es cierto que todo cumple su ciclo, y cuando se llega al extremo de desayunar vodka todos los días sentado entre vómitos y colillas de cigarrillo, uno dice basta aunque sea sólo como mecanismo de autodefensa. Obvio que no me arrepiento de nada, el alcohol me dotó de una sensibilidad y una despreocupación que nunca jamás cambiaría. Si pudiera nacer de nuevo haría las cosas tal cual las hice, y quizás hasta empezaría a beber unos días antes y dejaría de hacerlo unos días después. Para disfrutar y sufrir otro poquito, por supuesto. Conozco muchas personas a las que no le vendría nada mal una década bien puesta y bien jugada de alcoholismo crónico. Yo, por ahora, paso.

Bueno, el punto es que en el transcurso de este blog, cada tanto van a surguir anécdotas y poemas de esa sucia y gloriosa etapa de mi vida. Lo que no quiere decir que ahora esté limpio y putito y careta y animalito del sistema haciendo las cosas paso por paso como nos programa ese chip sociocultural que nos quieren meter en la cabeza. Vaya oración ¿no? Casi me deja sin aire.

Así que acá tienen, nada más cliché y usado que esto, poemitas de poeta borracho con inquietud existencial, por favor...

ROTURA Y VELOCIDAD

me quiebro en versos quebradizos
multiplico mi triste euforia
de bar en bar va mi memoria
a disiparse como quiso

en el revés aún soy yo mismo
y maltratando mis funciones
ya reconozco los rincones
de un ser plantado en aforismo

me quiebro en versos ya quebrados
y no habrá nadie más tarado
que se embriague en literatura

tan partecitas de un tan todo
con este alcohol voy codo a codo
y muerdo el polvo de mi altura


ALCOHOL

Sólo el eco arrastrado de una sombra con agujeros,
la identidad disipada de ya licuarme en los versos.
Fuiste curva de guitarra, blanco vuelo de galera,
un arpegio a flor de carne y el ritual de la tristeza.

Abismado a rancia languidez
oigo tu imposible lejanía.
Sé que alguna vez tú fuiste mía.
Sé que no soy yo y tú eres de él.

El desaforado milagro de tus rincones
y la volcánica geografía de tu muerte.
Quizás el esfuerzo visceral de contenerte,
o tal vez la gracia de saberme entre bufones.


Bueno chicos, ¿cuál es la moraleja? Que los tiempos cambian, y las drogas también. Así que ahora me despido dejándoles un mensaje: uso irresponsable de sustancias peligrosas para todos!!! Total, cuanto más hecho mierda estás, menos te importa.

ADVERTENCIA: No intenten esto en sus casas... la familia es sagrada che, si lo van a hacer salgan afuera!

viernes, 26 de junio de 2009

ENTRADA NUEVA ¿Y ningún plato fuerte?





El dadaísmo fue un movimiento antiarte que surgió en Zúrich (Suiza) en 1916 iniciado por Tristan Tzara, que se caracterizó por sentimientos de protesta contra convenciones literarias, una actitud de burla total por las manifestaciones artísticas literarias, por gestos y manifestaciones provocadoras en las que los artistas pretendían destruir todas las convenciones con respecto al arte, creando una especie de anti-arte o rebelión contra el orden establecido.
En poesía el dadaísmo abre el campo para la llegada del
surrealismo y ayuda a crear un lenguaje poético libre y sin límites.

FUENTE: WIKIPEDIA. BANDEJA: DE PLATA. PLATO: HONDO.

Y ahora sí me toca a mí, luego de esta brevísima reseña histórica para tener una leve idea de lo que es el dadaísmo. O sea, en pocas palabras, hacer un poema dadaísta es hacer un poema distinto, un poema provocador porque sí, un poema que en contenido y en forma esté lo más lejos posible de parecer un poema, un poema no-poema, un poema que se odie a sí mismo, un anti-poema, un poema que demuestre lo inútil y estúpido que puede llegar a ser escribir un poema pero a la vez rescatando lo divertido de su propia burla ante todo.

Entonces basta de balbuceo aburrido. Señores y señoras, chicos y chicas, perros y gatos, he aquí mi poema dadaísta. Sería muy duro que tenga una dedicación, y por eso no la tiene, simplemente estaba podrido de esa gente que se fascina con cursis poemitas de amor que nada tienen de talento. Entonces hice esto, todo lo contrario.

LO QUE SUCEDE CUANDO LOS DADAÍSTAS LEEN UN POEMA DE AMOR

Odio el marrón fecal de tus ojos tan apagados,
la atmósfera de moscas recortándote el espacio.
Tu asexuada torpeza tiene boca de batracio.
Oh ninfa del pantano rechazada de los prados.

Puro herrumbre menstrual haciendo charcos en mi vientre.
Pura grasa de sombra con pudor ante el pedazo.
Tu estructura rolliza y esa curva a lo Picasso
me asquearon a tal punto que ya odiaba hasta cogerte.

Y todas las noches tu “por favor no bebas tanto,
el alcohol te va a matar y mamita que se enoja”.
Ojalá tengas razón y empinaba como esponja,
riendo en las tabernas y a patadas con tu llanto.

Odio el cauce sanguíneo de tu culo tan sangrante.
Tu manera tan cursi de recitar a Neruda.
Intentando con Borges el discurso se te anuda.
Te odio tanto, carajo, que ya odio tanto odiarte.

ENTRE LAS PIERNAS (Ni se imaginen lo que hice cuando terminé -o acabé- de escribir este poema) Uh, perdón, ya lo hicieron ¿no?


Esta noche necesito una vagina.
Una vagina grande como una casa
donde pueda quedarme a vivir para siempre.
Una jugosa vagina insaciable
para pasar mis días
fabricando arpas con vellos púbicos
Una oceánica vagina excitada
que me moje para toda la vida.
Una vagina que haga ruiditos húmedos
mientras me arranca la médula por el pene.
Una vagina alta en calorías.
Una vagina con mucho colesterol.
Una cínica vagina
que succione con la violencia
de mil espasmos.
Una vagina que se enorgullezca
de ser la vagina más puta de todas.
Una vagina que no perdone
y que escupa en la cara
a los amigos y familiares
que quieran alejarme de ella.
Una vagina viciosa que me someta
a las temperaturas propias del infierno.
Una vagina que cierre sus labios
conmigo adentro.
Una vagina que me mate a bocados.
Una resbalosa vagina repleta de diluvios.
Una vagina, o concha, o cajeta, o tajo,
o como sea que quieras llamarla.
Una vagina que me despeine a chorros
mientras le paso la lengua.
Una vagina carnosa y bien formada.
Una vagina que me deje
mirando el teléfono
y no me llame al día siguiente.
Una vagina que se ría de mí
cuando hable de amor.
Una vagina que me deshidrate
todas las noches.
Una vagina que todas
las vaginas quieran imitar.
Una vagina superior.
Una vagina amiga.
Una vagina hermana.
Una vagina madre.
Una vagina novia.
Una vagina amante.
Una vagina puta.
Eso especialmente: puta.
Esta noche necesito una vagina.
Nada más ni nada menos.
¿Qué más querés que te diga?
¿Querés que te la dibuje?



jueves, 25 de junio de 2009

EL INMORTAL DESDICHADO


Estoy completamente empeñado en fabricarme un cáncer de pulmón, un cáncer intelectual que se jacte de poseer el título de "destructor intenso con orientación en poetas desbocados". Hace varias noches que estoy inmerso en la voluptuosa tarea de empapar mi hígado con querosén, para un ostentoso domingo soleado desayunar un cigarro encendido. Diariamente alimento mis ahorros con la sonriente esperanza de ir a las esquinas más periféricas de la ciudad, optar por el sexo más escamoso y precario que encuentre, y esperar que un sida solidario aliviane mi trabajo. Cada vez que salgo a caminar me esmero por llevar el sol a mis espaldas, con la placentera ilusión de que mi sombra se equivoque en algún movimiento, me haga tropezar, y en esa caída irrisoria me fracture la mandíbula. Cuando me levanto adquiero actitudes de conejo y voy al baño dando brincos coléricos, esperando que el ventilador de techo juegue a ser verdugo y logre decapitarme. Si por casualidad el silencio se apodera de mí y escucho mis latidos, imagino que mi corazón es un soldado que va marcando el paso hacia la más bestial de las guerras, completamente convencido de su patriotismo y su idiosincracia de mártir. A donde sea que dirijo la mirada, todo lo que entra por mis pupilas toma la forma de una guadaña vampírica. Desde que comenzó esta alucinación estoy haciendo cursos para comportarme como jirafa y quemo todas mis bufandas por más invernal que sea el invierno. Si noto que el sol está untando toda su fúlgida furia sobre el planeta, me arranco la epidermis a mordiscones y me acuesto sobre el capó de algún automóvil, impregnando todo el barrio con un olor a asado capaz de despertar el hambre más recóndito. Cada vez que diviso una diminuta hormiga en el medio de la avenida principal, lloro y pataleo de envidia, ¡cómo quisiera tener las mismas probabilidades de ser aplastado! Hay días en los que estoy convencido de querer ser un cadáver. Por ejemplo, hoy vivo sólo por la creencia de que mañana dejaré de hacerlo. Pero el mañana lamentablemente nunca llega, o quizás llega, pero de inmediato se transforma en un nuevo "hoy". ¡No tengo tiempo de morir!

miércoles, 24 de junio de 2009

CADA TANTO ME SALE UN POEMA



Cada tanto me sale un poema.
Como un bostezo indiferente
ante los trámites de la vida.
Como un cínico beso desmayándose de pronto
sobre los labios de la muerte.
Cada tanto, así es como me lo imagino, una pequeña vocecita empieza a echar raíces en mi cerebro.
Es por eso que después me sale un poema.
Quizás alguno demasiado largo.
Quizás alguno demasiado corto.
Quizás alguno demasiado vulgar y desordenado
o quizás otro inteligente y diabólicamente preciso.
Cada tanto me sale un poema.
Como la eyaculación tímida
de un miedo profundo.
Como el aullido feroz
de tu lado más impulsivo.
Y ¿por qué? me pregunto.
¿Por qué me tomo el trabajo de escribirlo?
¿Quién dijo? ¿Quién afirmó, juró, declaró
y comprobó que yo soy un poeta?
Nadie.
Nadie nunca.
Nadie nada.
Nadie nadie.
Después de todo no es nada muy extraordinario que se diga. Con un poco de esfuerzo y dedicación, cualquiera es capaz de expresarse a sí mismo haciendo un uso instintivo y lúdico de las palabras. ¿Por qué no? Puede llegar a ser una forma agradable de pasar el tiempo, de continuar hurgando como mendigos en los escombros de nuestra catástrofe, de sacarnos de encima todo nuestro drama, de reírnos como idiotas de los mecanismos que usan para domesticarnos. Y mucho más, por supuesto. Podría pasarme toda la muerte llenando con moscas y mal olor todas esas cositas que ustedes daban por entendidas.
Lo que sucede aquí,
señores y señoras,
es que cada tanto me sale un poema.
Como un sabor masticado
de viejas ideas.
Como una explícita excitación
por vivir intensamente.
No sé si me explico.
En realidad eso no es algo que me importe.
Después de todo nunca quise explicarme.
Y dirán que estoy loco
pero ahora no me entiendo.
Cada tanto me sale un poema.
Y palabras más o palabras menos,
ese poema empieza a ser otro.
El siguiente.