domingo, 28 de junio de 2009

QUIZÁS LOS POETAS NO ERAN SU TIPO.


Trabajamos juntos un par de días. La invité a salir a comer algo y me dijo que sí. Le pedí su número de celular y me dijo que sí. Pasábamos noches enteras mandándonos mensajes en los que le elogiaba sus partes más hermosas y vaya que se reía y vaya que le gustaba. Le comenté que tocaba la guitarra y me comentó que quería aprender. Obvio que le dije que no tendría problemas en darle clases sin costo alguno. Durante algunos días vino a mi casa y le enseñé los primeros acordes en la comodidad e intimidad de mi habitación. Me gustó todavía más ver que sus dedos no demostraban dificultad para sacar sonidos limpios de mi guitarra. Le canté una canción en inglés y elogió mi facilidad para el idioma. Todos mis amigos me decían que no pierda el tiempo, que si en ese punto no avanzaba nunca iba a poder estar con ella. Le escribí un poema y se lo regalé. Y más tarde, ese mismo día, la miro a los ojos y le digo lo mucho que me gustaba y lo mucho me gustaría poder besarla. ¿Adivinen qué hizo ella? No, es una lástima pero no adivinaron, ella me dijo que NO!
Ahora prosigo a mostrarles el poema que le regalé y a continuación el poema que me inspiró su realmente inesperado rechazo.
Pero bueno, al menos tuve el coraje de decirle lo que sentía. Y me costó bastante ya que suelo ser tímido en ese aspecto. Quizás es verdad que la malinterpreté. Bah, lo que en realidad creo es que... no sé lo que creo... les juro que ya estaba todo cocinado! Ja ja ja!
Ahora sí, los malditos poemas:
PRIMERA LECCIÓN DE GUITARRA

Sus dedos aprendices
aterrizan como tímidas aves
sobre el mástil de la guitarra.
Es muy cierto que toda su piel
irradia la frescura emotiva
de mil palomas
encerradas en su ternura.

Y es una sirena pronta a dar su canto.
Y en el fondo los dos sabemos
que un amor primitivo
se desviste tras mis ojos.

Se asemeja en muchos sentidos
al instrumento que empieza
a ronronear
sobre su regazo.

Mientras tanto yo les hablo en voz baja a esas tímidas aves. Les nombro despacio las cuerdas y la ubicación sobre las cuales deben detener sus alas. Y los acordes se van sumando uno detrás de otro. Son dóciles esclavos de la salvaje pero dulce melodía que ya bosteza en nuestras bocas.

Se ponen en fila
y como trabajadores obedientes
esperan la orden.
PERO NO SE PUEDE HACER MUCHO

Quiero salir a la calle y pegar carteles que digan “suicidarse por la paz mundial es una responsabilidad de todos”. Quiero estar en un balcón y orinar desde un séptimo piso a todos los calvos que anden por la calle, a todas las señoras que salgan del supermercado, a todos los putos que pasean esos perros que son la caricatura de la parodia de un animal.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

Quiero arrodillarme frente al inodoro y vomitar los restos punzantes de mi esperanza. Quiero disparar un arma frente al espejo. Quiero fumarme todos mis dedos, beber mi sangre directamente de la yugular y saltar sobre mi corazón hasta que los vecinos de abajo suban a quejarse.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

No es para tanto, decimos. No es para tanto, decimos. Pero lo que pasa es que me siento como un excremento con la picazón de mil moscas recorriéndome la espalda. Me siento como inútiles pedacitos crudos de un animal violentamente asesinado. Y lo único que quiero es masturbarme tres días seguidos pensando en máquinas de petróleo, en túneles fluviales que conectan centros urbanos, en frívolas prostitutas de nivel vip que nunca jamás podré pagar.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

Quiero hacer un currículum vitae público para que todos me conozcan. 1) poeta suicida. 2) músico drogadicto. 3) pintor solitario. 4) minusválido social. 5) alcohólico en recuperación. 6) turista fracasado de carreras universitarias. 7) cáncer de la familia. 8) enamorado inoportuno. 9) hippie sucio. 10) componente delirante de la tragicomedia.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.

Hay quienes han dicho que esto se trata del proceso natural que se padece ante cualquier decepción amorosa. Yo les digo que se vayan a cagar, que quiero dejarme las ojeras y el insomnio, que quiero envolver mi pija con estas palabras y hacerle saborear al mundo todo el talento y la inteligencia que pongo en mis poemas.

Pero no se puede hacer mucho
cuando la chica ya te dijo que no.
Sólo se puede mandarla a la mierda
y volver a subir el volumen de la música.
Aunque lo más recomendable
es no hacer absolutamente nada
porque en este estado todo nos duele demasiado.

2 comentarios:

  1. Hola! Soy el 50% de colorescorrosivos y anduve viendo tu blog, en especial este post y rescato lo bello de ciertas frases del segundo poema (Estamos condenados a que la belleza del Arte sea parida por los sentimientos más bajos, por el dolor y casi nunca (me atrevo a decir "nunca") por lo bueno).

    Un saludo,

    Magrio

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  2. Gracias Magrio por darte una vuelta y dar tu opinión!!! Soy un blogger relativamente nuevo y empecé este blog hace poco. Espero seguir recibiendo comentarios como el tuyo. Suerte!

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