miércoles, 28 de octubre de 2009

CLICK -2







Cada vez que pienso en la infancia me sorprende la capacidad de fascinación que tienen los niños. En esa etapa de nuestras vidas todo nos resulta inquietante y enigmático. Es como si una fuerza secreta se moviera entre las experiencias poblándolas de frágiles puentes que conducen hacia la fantasía. A veces hacia la locura. Esto no es algo necesariamente malo. Creo que la locura tiene dos caras y que una de ellas puede llegar a ser potencialmente positiva. Admírenme de pies a cabeza: esta perfecta y selectiva perturbación mental no se encuentra disponible en las góndolas de los supermercados. Hablo sobre un estado de la identidad en donde ya no quedan restos de valores morales preestablecidos o desarrollados con la única excusa de cuidar las apariencias. Deberíamos opinar que eso no nos importe. Deberíamos sacrificarnos sin que haya retribución alguna, sólo por la experiencia misma del sacrificio. Una imaginación que roza el libertinaje discursivo guiñándonos el ojo y levantándonos la falda. Quizás también estoy hablando de eso. Cosas así.


Y de pronto, como una puntada en el corazón o un espasmo en la boca del estómago, sentí el inhóspito deseo obsceno de beber sangre humana. Imagino un enorme vaso de vidrio con sangre tibia recién extraída de su correspondiente cuerpo agonizante. Imagino la sangre saliéndose de mi boca, disfrazándome de animal depredador mientras recorre mi cuello hasta llegar a mi pecho agitado. Todo esto mientras siento el pulso de tu labio inferior entre mis dientes que apretan despacio, un punto intermedio entre la tierna violencia y la violenta ternura. Todo esto mientras digo que basta. Todo esto mientras te miento.



sábado, 24 de octubre de 2009

CLICK -1



Factor deshumanizante. Sin lugar a dudas esa es la expresión exacta. Todos los procesos de felicidad que se accionan en mí acaban por ser el discurso vivo que me empuja al mismo, cíclico y repetido factor deshumanizante. En estos casos lo mejor es cerrar los ojos, abrir una botella sospechosa y hundirse en el sofá más cómodo de la sala. Clásico ¿no les parece? Tan clásico como someterse al aspecto más suicida de una vida astuta y sin sorpresas. Tan clásico como usar drogas de cualquier tipo reclamando un puesto en la fiebre eufórica de las más habituales frustraciones. Clásico en fin y puesto en fin gracias a la esponjosa apertura de la evasión. En el momento en que dejamos de ser marionetas ya somos caricaturas en fuga lastimando nuestro entorno con látigos de inagotable sinceridad: restos orgánicos de una razón que se abisma a su antónimo.


Es así de simple como funciona. La crueldad de las falsas apariencias nos pone sobre el escenario, nos hace repetir las mismas líneas ridículas y de pronto todos felices en su comedia. Pero tragedia agazapada. Pero ojos transparentes como enormes diques de cristal y cansancio. Pero repito que es así como funciona. Un minuto. De pronto sos esta misma oración autorretratándose en su obviedad y estupidez. Dos minutos. Sos el obturador de la cámara abriéndose con lentitud, destruyendo la posibilidad de enmarcar nuestro momento más adorable. Tres minutos. Sos la metáfora de otra metáfora de otra metáfora. Espejos enfrentados y la navaja de afeitar metiéndose en su disfraz de guillotina. ¿Has pensado qué vas a hacer al respecto? Cuatro minutos. El tiempo es un fantasma con ademanes de monóculo y galera.


Se trata de llegar a un punto en el que la muerte no es más que un mero detalle. Vivir moribundos o morir de pronto en una volcánica explosión de vitalidad. Para ser sincero tendría que callarme la boca, catalogar mis estúpidos sueños y masturbar mis fracasos hasta desmayarme. Ese es el tipo de honestidad que la gente espera. Indiferencia más indiferencia. Música de ascensor mientras desconocemos la altura de nuestra caída. La cuestión es distorsionar el estado anímico hasta confundir la clásica concepción de los símbolos. Una paloma con alas de óxido y hojalata rebanando los últimos registros crudos del amor. ¿Has considerado la idea de que en la escritura se advierte un dejo de felicidad suicida? ¿Has considerado la idea de que tu imperio se derrumba gracias al mismo peso de tu imperio? Deberías. Eso es todo lo que por ahora puedo decirte. Deberías.


Me siento como un feto mutilado en las aguas turbias de un inodoro público. Me siento como una intemperie impenetrable de cavernícolas en plena orgía. Me siento como un bandoneón que bosteza su último tango en un callejón repleto de prostitutas. La razón de todo esto es que estoy perdiendo la razón de todo esto. Soy la causa anónima de un efecto que lleva mi nombre.


Por favor. Innumerables botellas que se acumulan en los rincones de mi cuarto. Por favor. Ceniceros de los cuales brotan flores de colillas de cigarrillo. Por favor. Aferrarse bien al inodoro y vomitar el último registro ya arcaico de mi cordura. Por favor. Escondan mi corazón. Por favor. Orinen sobre mis poemas. Por favor. Manden al tacho mis dibujos. Por favor. Destruyan mi guitarra. Por favor. Tengo la sospecha de que hoy el arte es el artista. Por favor. Quiero acariciar un animal pequeño. Por favor. Quiero ronronear sobre tu falda. Por favor.


¿Cuál es el punto específico de todo esto? ¿Acaso se trata de un extenso poema en prosa? ¿Acaso se irá convirtiendo de a poco en un relato? ¿Acaso es un ensayo sobre mi desesperación o simplemente un manual de instrucciones para volverse loco? En realidad preferiría que me pongan un revólver en la cabeza y me pregunten: si te mato ahora, ¿qué tienes para decir sobre tu vida? Y esos son los momentos en los que uno se bloquea. Y esos son los momentos en que tu maravillosa vida de mierda no vale absolutamente nada.


Poner los miedos en cero. Poner las distracciones en cero. Enfocar la vida en el placer y en nuestras mínimas ambiciones. Amar sólo a los que te aman y ser un mono de laboratorio destinado a tus propios experimentos. Elevar la lucidez a un estado creativo de inteligencia emocional. Esa es la fórmula. Ese es el punto al que me abismo sin necesidad de que me empujen.


Por ahora estoy hablando solo frente al enorme espejo del baño. Contemplo la oscuridad de mis ojeras y el vacío ampliándose dentro de mis ojos. La cordura no es más que un adorno de porcelana al borde del estante. Qué bien se siente estar completamente desnudo. Sensación de nacimiento y libertad. Necesito renovar el contrato de mi parto y mi sangre y mi llanto. A veces no somos más que el fracaso de lo que pudo haber sido un glorioso aborto. Necesito esbozar una cínica sonrisa salir a la calle hola mundo cruel el espectáculo continúa.


Click. Comienzo a masturbarme y la realidad se desvanece como una torpe teoría sin fundamentos. Click. Soy el Edén y la excitante frescura de los placeres prohibidos. Click. Mi nombre es discurso continuo y mi lugar es un presente repleto de máscaras y métodos de fuga. Click hasta la náusea. Click gotera o fotografía fuera de foco. Click definitivo. Por fin para empezar. Click.


jueves, 22 de octubre de 2009

DISTRACCIONES




espasmo a espasmo

fiebre a fiebre

así se tenderán los hilos

así nos enredaremos

en el más cardíaco

y nervioso de los amores


afelpados en una misma

metafísica espasmódica

seremos el pozo y la caída

ya reducido el amor

a ser un vano desliz del paso

un tropezar insignificante

de distraído ser humano



martes, 20 de octubre de 2009

QUIZÁS PORTAZO DE ATAÚD (a Lorena)




Y tan sólo un par de veces

nos bastaron y sobraron.

Y tan sólo un par de veces

fuimos labios contra labios.


Yo era un arpa pectoral

con dedos tristes y torpes.

Era un barco naufragando

y el frío absurdo del norte.


Ella me usó como un bandoneón

musicalmente roto en un tango.

Te he buscado canción tras canción

bostezando el tiempo y el espacio.


Y tan sólo un par de veces

nos bastaron y sobraron.

Y tan sólo el ruido absurdo

del rugido acostumbrado.


La tragedia del payaso,

la oscura carpa y el whisky,

esa foto amarillenta

y ese día que te fuiste.


Y tan sólo un par de veces.

Ni una menos, ni una más.

Te tornaste despedida,

niebla, nube y vendaval.


Ella me usó como un bandoneón.

Fui un simple latigazo de sangre,

un portazo de ataúd y arpón,

una rústica muerte sin arte.


Se muere el Edén hermoso,

dedos muertos que nos tocan.

Es un barro delicioso

que nos mancha boca a boca.



viernes, 16 de octubre de 2009

ESPERANZA




Siempre y cuando

pueda romper una silla contra una pared,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

pueda seguir orinando jardines ajenos,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

me arañes la espalda hasta sangrar,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

te monte mordiéndote el cuello,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

devoremos la vida hasta sentirnos enfermos,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

le demos crédito al primer impulso,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

me sienta cómodo al aire libre,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

se olviden de cerrar la puerta,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

tenga gritos que desnudar o silencios que vestir,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

nos rompamos el nombre y las fechas,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

nos traguemos todo el miedo,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

reeduquemos por completo los sentidos,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

los colores sigan latiendo con fuerza,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

no pueda censurar ni detener mi escritura,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

dejen de salvarme,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

la pérdida de la lucidez sea irreparable,

habrá esperanza.

Siempre y cuando

se nos despierte el cuerpo con la cabeza todavía soñando,

habrá esperanza.

Pero tengan en claro

que siempre y cuando haya esperanza,

dejará de hacernos falta semejante estupidez.



lunes, 12 de octubre de 2009

EL AHOGADO




Naufragando en turbias aguas vitales

he abierto ciertas puertas que no cierran:

sub ego azul marino en vida perra.


Aletazo fruncido de mis males,

un glup! sanguíneo apenas fue la tinta:

cauce furioso de lágrima encinta.


La estela tan sirena y alfonsina

hacia fuga me arrastra dulcemente

y en pleno mar la sed es diferente.


Rojo espejo del cielo que alucina.

Lejos se grita un silencio de pena.

Mis pies ya van dejando esas arenas.




lunes, 5 de octubre de 2009

DESPUÉS DE TANTO TIEMPO


(Después de tanto tiempo, y a pedido de nadie, un poema de amor).


las afinadas teclas de tu orgánica geografía

antaño yo solía contarte estos cantos

ahora ya no

vos lo sabrás mejor que nadie

mirame este hambre que me he vuelto

este ser así apenas de perfil

esta bruñida soledad sin pañuelos saludadores


cualquier semejanza con la poesía es pura coincidencia

repito que vos lo sabrás mejor que nadie

si no hubieses sido única hubiera deseado

que fueras vos dos veces

un transgresor menage a trois

que mantiene la cuestión clásica del alma gemela


ahora ya no

desde nadie para nunca y sin nada

te repito que me mires

tenés mi permiso para la risa

mirá este ritmo confidencial de caracol


un blues y un vino no es lo mismo sin cuatro labios

o quizás seis labios si es que sumo mis dos labios

hasta la alcohólica de Joplin empieza a tener tu voz

y el vino se insinúa alcohol

que a su vez se insinúa plural


vos lo sabrás mejor que nadie

cualquier semejanza con la poesía es pura coincidencia

vos lo sabrás mejor que nadie

éramos fieles partidarios de la carne y los huesos

ya ni el alma ni el alma

sólo este ánimo abrupto

y este dental polvo

y esta elocuente patada que doy

contra esta silla

(tan culpable como cualquiera)


ahora ya no

ni un llovido pedacito de tu última sombra

ese irte tan tuyo de frente a los faroles

yo lo sabía mejor que nadie

pero acá ya ni el recuerdo


cualquier semejanza con la poesía es pura coincidencia

eso solía decirte cuando te contaba mis cantos


y cualquier coincidencia es pura poesía

eso te diría esta noche

si por ahí

quién te dice

nos cruzamos en la calle





domingo, 4 de octubre de 2009

PEQUEÑA PERVERTIDA



El lente en zoom es trágico y podríamos decir que la perspectiva es feroz, trémula e indecisa. Ella está desnuda y fuma sentada al borde del colchón, cada tanto corriéndose el flequillo para poder concentrarse en su lectura: una de esas novelitas españolas de escaso valor literario y amplio contenido porno. Por lo tanto, ya completamente excitada y oceánica la entrepierna, agudiza el oído y empieza a escuchar el calmo roncar de su padre que descansa en la habitación vecina.


Corrijo: el lente en zoom ahora es enternecedor, nos acercamos como espías a la perfecta redondez de sus pechos, donde de pronto podemos ver sus manos, sus lánguidas manos que acarician con ansiedad: cada uno de sus deditos se comporta como una serpiente en celo.


Piensa y se ruboriza de sus propios pensamientos. Quizás si fuera a la habitación de su padre. Quizás en la completa oscuridad del cuarto. Quizás pero no, la excitación y los temores se muerden y esa es una amalgama que perturba. Aunque claro y por supuesto, oceánica la entrepierna, acariciados los pechos y mordido el labio inferior de su boca. Hay que hacer lo que es necesario y hacerlo cuanto antes, ya que podría llegar mamá y eso sería el caos, el desastroso final de la cuestión.


Antes de abrir la puerta se contempla en el amplio espejo: su lacio cabello oscuro le llega apenas hasta los hombros, revelando en gran parte la calidad láctea de su cuello. Y ese lunar sobre el labio superior es simplemente lo más sexy que la naturaleza le ha ofrecido. Belleza fresca y desnuda, a un paso de sus propios lobos y un hambre desaforado en cada una de sus células.


Sus pies descalzos caminan sobre la alfombra. Despacio y con cuidado abre la puerta que la llevaría hasta su dormido progenitor. Un silencioso momento de duda pero ya no hay vuelta atrás, se ve obligada a continuar con lo planeado. Entonces se alegra de que la puerta, tan aceitada como ella, no haya emitido sonido alguno. También se alegra, por primera vez en la vida, de haber salido tan parecida a su madre.


viernes, 2 de octubre de 2009

LA COTIDIANEIDAD DE LOS ESCENARIOS




Y en fin, soy el eco de la sombra que el holograma de aquel poema dejó, siglos atrás, al arrastrarse moribundo por las orillas de estas venas.


Escribir una especie de relato porno sobre una muchacha que viola a su propio padre. Incendiar el clásico revés de esta incestuosa cuestión.


Ideas, cabos sueltos, disparadores: LA COTIDIANEIDAD DE LOS ESCENARIOS. Qué manía esta, digo, la de fechar cada uno de mis mínimos gestos, inútiles.


La obra empieza cuando termina, cuando el telón que debe bajar no baja. Es entonces que los actores, creyendo estar en el anonimato, empiezan a vivir. El telón no cayó, los espectadores siguen allí y la inocencia de los personajes nos ofrece una ficción de carne y hueso. Título: LA COTIDIANEIDAD DE LOS ESCENARIOS. Por lo pronto todo muy feto y muy proyecto, pero ya van a ver (que me tomo un vodka y no escribo un carajo). Nos ofrecen, en bandejas de plata. Descubro el óxido de la baratija, la cola de rata en tu pollo asado.


LiterAltura del vértigo, oh dulcísimo efecto secundario.

Escritura vení para acá, sentate en mi regazo y decime torero.


a pesar de la cariciosa vaselina

escribo los puntos de cruce

los escombros de una percepción desordenada

1, 2, 3, 4, 5

sentidos de sobra

entre tanta falta

de vértigo por estas geografías.

5, 4, 3, 2, 1

(stop)