viernes, 9 de abril de 2010

LA PIEL QUE UNE Y SEPARA




El dolor y el placer no existen por aparte.
Todo existe sólo en relación a las demás cosas.


Llorar de alegría es un buen ejemplo para este caso.
Lástima que tanto llorar como alegría son sólo palabras.


Ahora tengo sueño y sólo seré un hombre que duerme.


Qué maravilloso es ir apagando las luces de la casa,
una por una...
una por una...









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