martes, 7 de mayo de 2013

PERMÍTEME

la tristeza me crece desde el núcleo del corazón
desde la boca del estómago
y de los poros de la piel
como un delgadísimo sudor metafísico

la tristeza salta hacia mis ojos
y una vez en mi boca
me muerde los labios

la tristeza me pone el corazón en la garganta
y congela mis manos
que caen a un lado
para quebrarse
por el propio peso de su inutilidad

permíteme decirte
que más allá del poema
tras el sensible telón de palabras
estás leyendo a un hombre

permíteme extrañarte tanto
permíteme lo absurdo y lo sentimental
permíteme la ridícula idea
de querer morir en tus brazos
con mis lágrimas volviéndose el pan
que no supe conseguir

permíteme la inmortalidad
de quedarme en tu corazón


Miguel R. B. 07/05/2013

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