miércoles, 8 de mayo de 2013

Y ESA LÁGRIMA

y esa lágrima fue la libertad
como un cínico incendio de circo
que arrasó con toda la inutilidad
del sufrimiento

y en ese patético llanto
se ahogaron todas las esperanzas
y de sus verdosos cuerpos flotantes
brotaron mariposas de luz
que me indicaron el verdadero camino

por fin y de nuevo la intemperie
cómo la extrañaba
esta esencial locura sin horizontes
que agiganta mi alma
desatándola de todos los límites

no necesito de nada ni de nadie
ni siquiera de mí mismo
a la hora de la muerte
ni nuestra tumba será compañía
sólo dejaré caer las semillas
y me iré como un viento anónimo
haciéndole cosquillas
al milagro de la existencia
despeinando a los niños que corren
por las plazas
levantando los vestidos
de las chicas enamoradas
haciendo volar los sombreros
de los viejos poetas
que como yo
le soplan versos
inagotables a su soledad

y esa lágrima fue un camuflaje
de inefables alegrías
allí estaba la sabia aceptación de los locos
allí el infinito instante presente
prolongándose por la eternidad
en la elocuente
obviedad del misterio

gracias
no puedo decir más que gracias
quizás tenga la suerte
de ser una mosca en tus labios
cuando la muerte te arrope
con su inevitable tibieza final


Miguel R. B. 03/03/2013

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