domingo, 20 de junio de 2010

domingo hermoso día (a yesi)




era domingo hermoso día hermosa vida etcétera

y nos encontramos a las siete en el pub shangai

como lo habíamos planeado en realidad sin hacer planes

el frío prematuro

de una noche prematura

de un invierno prematuro

nos besaba los huesitos con la suavidad de un aleteo


en cuanto la vi supe que mi cordura se dormiría al besarla

y que ese sueño tan delicioso sería nuestra libertad

la misma libertad con la que caminamos hasta la costanera

y nos quedamos observando

la luna y las luces del puente colgante

que temblaban en el río


entonces

como si ya la conociera de toda la vida

le pregunté si podía besarla

ella me dijo que no pero enseguida me entregó sus labios

demostrándome que toda la felicidad de un hombre

puede caber en una divertida y espontánea contradicción



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