viernes, 27 de noviembre de 2009

EQUILIBRISTAS ASIMÉTRICOS




Abro los ojos y ella está sentada a mi derecha, susurrándome al oído alguna vieja canción infantil. Es como si toda su cara se paseara por la superficie de un espejo ondulado. Cosas de circo que me pasan todo el tiempo. Acrobacias sensoriales que como lánguidas tormentas nos despeinan la cordura. Desde la cocina se escuchan platos que se rompen, hermanos adolescentes entre discusiones pop que revelan la laxante estupidez de los pequeños problemas, radios afónicas con el dial enloquecido y guitarras criollas rompiéndose contra las paredes acústicas del baño. Música de rituales sangrientos a la que nos hemos acostumbrado. Por eso es que abro los ojos y ella está sentada a mi derecha. Por eso es que cierro los ojos y ella se transporta involuntariamente al polvoriento diván que imagino tener adentro del cráneo. Es justo ahí donde abre las piernas dejando brotar un húmedo arco iris de luces derramadas. Yo me ensucio las manos para masturbar ese floreciente milagro de la estética sexual y el glamour obsceno tan precario en su lógica.


-Soy una gatita enfermera que va a la escuela todas las tardes con polleritas de cuero fabricadas con animales que murieron bajo la crueldad de mis propias manos –me dice hablando lo más rápido que puede mientras la boca se le llena de moscas y minúsculos pescaditos podridos. Después abandona su desnudez para meterse en un moderno traje de buzo. Toda la habitación empieza a inundarse de un agua sucia llena de hojas y ranas casi transparentes. Yo logro escaparme por la ventana y ella la cierra desde adentro saludándome tras el vidrio al mismo tiempo que le salen burbujas de sangre por los oídos.


Es tan lisérgica la idea de haberme quedado atrapado en una metáfora autosuficiente. Es tan heroico imaginarme como un escritor surrealista que ya no escapa del delirio que habita en su ficción incontrolable. Pero cada una de las quinientas personas que está escuchando esta conferencia sabe que todo esto es mentira sólo para el hombre-sistema que lustra sus números familiares. Por eso creo que ya es hora de abandonar el micrófono, de sacarme la corbata y volver a la selva donde me esperan con plantas mágicas y tambores. Cosas de circo que me pasan todo el tiempo. Así me despido. Esa es la frase repetida del día de hoy. Buenas noches y procuren amanecer en los meses del sol. Gracias.


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