martes, 24 de noviembre de 2009

SEGUIME LA CORRIENTE O QUEDATE PEGADO



Me saqué la cabeza con cuidado, la metí con cuidado en la funda de la almohada y la reventé a golpes con un palo de golf hasta que todas las ratas, las serpientes y los insectos salieron corriendo llevándose encima el susto de sus vidas.

Me saqué los dientes con pinzas y fabriqué con ellos un adorable pianito que recitaba cursis poemitas musicales.

Llené cuartos y cuartos de vómito hasta no dar pie y buzear por ahí alucinando con submarinos de salchicha y huevos fritos que eran platos voladores que guardaban celosamente toda la inteligencia extraterrestre.

Me masturbé hasta la agonía por noches enteras hasta tener revelaciones trascendentes de índole existencial.

Vagué por ciudades desconocidas licuándome el cerebro mientras llevaba semanas sin comer, sin dormir y sin ni siquiera bañarme.

Puse sangre y puse miedo y fascinación en los ojos de todas las personas que me miraban, y sin pedir demasiado a cambio, sólo que me soporten hasta que por fin me desmaye o algo así.

Encontraba el amor la misma noche que lo perdía pero perdía la noche con otros amores que no encontraba.

Por eso y otras cosas me saqué la tapa de los sesos y eché litros de kerosen junto con helado granizado y brea caliente con astillas de madera noruega.

Y ahora, ¿me harías el favor de arrojar un fósforo encendido?


1 comentario:

  1. Excelente Mikel! No sé si era la idea pero me reí mucho con este poema... realmente me gustó mucho y quisiera ver ese pianito dental!

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