viernes, 20 de noviembre de 2009

Y FUI FELIZ PARA SIEMPRE




Wow. Wow. Wow.

Colores eléctricos relampaguean

como látigos de luz en mi cráneo.

La conciencia se expande y se tiende

hasta el horizonte

como una sábana onírica

de delgados recuerdos que serpentean

compartiendo el suave roce de su piel.



Wow. Wow. Wow.

Gotas gordas de semen multicolor

aterrizando como mártires

en la zona más fértil de mi lujuria.

Cumpliremos la orden reinante

de la espontaneidad.

Ya nunca jamás perderemos la frescura salvaje

de vivir cada día como si fuera el último.



Hablemos de lo que hablemos

estamos hablando de un concepto elástico

fácilmente manipulable.

Digamos lo que digamos

hay momentos en los que simplemente

estamos diciendo lo que decimos.

El coraje consiste en callarse el sufrimiento

hasta ahogarlo de silencio o escribirlo

al revés para empezar conociendo el desenlace.

Aflojá un poco la cuerda y respirá

la maravillosa felicidad de ser una nueva persona

que conoce y comprende por completo a la anterior.



Wow. Wow. Wow.

Es lo más elocuente

que se puede decir al respecto.

Este poema ya está empezando a tropezar.

Voy a ver si doy pie en el siguiente.



Ojos como planetas observadores

habituados al milagro de la vida

pero sin perder nunca

ese infantil sentido de novedad.

Piel de escalofrío que racionaliza

sensaciones abstractas haciéndonos usar

una forma de entendimiento

que antes no conocíamos.

La percepción del tiempo desplazándose

hacia afuera de las medidas estables

que nosotros le imponemos.

Y quizás ahora sí me despido definitivamente

pero lo dudo ya que es muy seguro.

Y quizás ahora sí empiezo a empacar

los conceptos y las imágenes que me sobraron.

Recicle sus emociones.




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