TEMPESTADES DEL EGO

En las áridas y torpes tempestades del ego,
los idiotas no dejan de cultivar sus rencores.
Salí de tu cabeza dando espacio a todo el fuego:
quemará tu estupidez convirtiéndola en colores.

En las áridas y torpes tempestades del ego,
los lisiados del alma ponen llantos en la copa.
Son la astilla del ojo y son las pérdidas del juego.
Son el grano en el culo y son las moscas de la sopa.

Yo me cago a voluntad sobre toda mi tristeza.
Yo me cago pero no, no entristezco la cagada.
Sólo el hombre verdadero comprende la belleza
de ir poblando con versos esta puta pendejada.

Esta vida es un juego de misterios peligrosos.
Esta vida no fue ayer, tampoco será mañana.
Esta vida es un juego de milagros tan hermosos
que el que más se divierte siempre es el que más gana.


                                                                Miguel R. Benitez